El arraigo laboral es poco utilizado para regularizarse

Instaurado a la vez que el social en 2005, el arraigo laboral otorga una autorización de trabajo y residencia a un extranjero en situación irregular. A juicio de los expertos en extranjería, este procedimiento no es muy conocido en la población inmigrante y su aplicación es mínima.

Para que una persona pueda solicitar su regularización mediante el arraigo laboral, debe haber residido en España durante los dos últimos años y haber trabajado mínimo un año.

Para acreditar esto último hay dos vías avaladas por la Ley de Extranjería: una sentencia –previa denuncia del inmigrante a su empleador- de un juzgado laboral que reconozca ese período de trabajo o presentar actas de la Inspección de Trabajo que verifiquen esa situación. En este caso, la denuncia no tiene que realizarla exclusivamente el extranjero, tal como explica Cynthia Favero, directora jurídica del bufete ‘Sentencia’  y especialista en Extranjería: “Las denuncias ante la Inspección de Trabajo pueden venir de algún competidor, un vecino, otro trabajador, etc.”.

Estas se presentan por escrito en las Inspecciones Provinciales de Trabajo y  Seguridad Social. Más información: www.mtin.es/ITSS.

‘Cada caso, un trámite’

Según Favero, la denuncia es un elemento que condiciona al trabajador a solicitar este tipo de arraigo. “No creo que sea agradable denunciar a la empresa en la que has trabajado para obtener el arraigo, además quien más y quien menos necesita trabajar y el hecho de denunciar implica el dejar de trabajar en esa empresa”, señala. La experta opina que el procedimiento no tiene tanta demanda  por estos motivos. “Creo que se puede dar en casos concretos, más bien aislados, pero no significa una vía real de regularización”, apunta.

A las personas en situación irregular aconseja informarse bien. Insiste en que cada caso en particular puede tener un trámite específico para que la resolución sea la esperada. Para Favero este procedimiento está enfocado a personas que se encuentran en una situación muy específica;  “este tipo de arraigo podría tomarse como una especie de premio de consolación para las personas que de alguna forma han sufrido explotación por parte de una empresa” y que la resolución de los arraigos en general es bastante rápida, aunque depende de la provincia en la que se tramite. Si la documentación presentada es la adecuada, el trámite puede tardar entre uno y dos meses.

El despido intempestivo

Alexander Rodríguez,  colombiano de 38 años, es uno de esos pocos inmigrantes beneficiados por el arraigo laboral. Trabajó en una empresa durante más de un año, pero le despidieron junto a varios compañeros.

Denunciaron a su empleador por despido improcedente y la sentencia a favor del grupo le benefició para obtener el arraigo. Oriundo de Pereira,  llegó a España hace más de tres años dispuesto a trabajar y buscar un futuro mejor para él y su hijo que está en Colombia. “Debo esperar un año para poder presentar la documentación para traerlo y estoy esperando”, comenta. Rodríguez presentó su solicitud de arraigo el 20 de mayo de este año y a finales de junio tuvo la respuesta favorable. Una vez conseguida  la autorización de trabajo se le han abierto muchas puertas.

Ha incursionado en el mundo de la radiodifusión donde quiere desarrollarse profesionalmente.  “Cuando tuve  la tarjeta de residencia en  mis  manos, todos los miedos que tenía desaparecieron y  volvieron las ganas de seguir luchando para conseguir mis metas”, señala ilusionado.

Fuente: El Comercio